Colgó los botines y ahora “maneja la pelota” en el campo: la historia productiva de Leo Ponzio
En la localidad de Las Rosas, Santa Fe, el jugador referente de River Plate, ya retirado de la alta competición, recibió a Infocampo. Habló de su otra pasión: el campo.
Distendido, mate en mano y también pisando el verde césped. En este caso, el de su campo. De esta forma, el ex-capitán de River Plate, multicampeón y recientemente retirado de la práctica profesional de fútbol, Leo Ponzio, recibió a Infocampo en su establecimiento de Las Rosas, al sur de Santa Fe.
Si cualquier desprevenido lo escucha y no lo reconoce por su trayectoria futbolística, rápidamente, lo puede ver como un productor más de la zona núcleo. De lo contario, con uno de los jugadores más ganadores de la historia de River (17 títulos), se dificulta no recaer en constantes análisis campo/fútbol.
Brindado a contar su historia productiva, Leo referirá, justamente y en varias ocasiones durante la charla, al fútbol y también a su familia.
“Mi abuelo, antes de que me transfieran al Real Zaragoza (Newell’s Old Boys lo vende en 2003), me decía que lo que ganase lo tenía que invertir en campo”, recuerda, a casi 20 años de esas palabras. Ese mensaje que recibió siendo muy joven, lo marcó y terminó siendo su norte.
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Así, los primeros lotes los compró en el año 2006, mientras estaba en España. Su padre, Daniel, con su experiencia como productor, lo ayudó y aconsejó en esos primeros pasos. A partir de allí, con la misma constancia que implica sostenerse en la máxima competencia, el joven agricultor admite: “Todo lo que ganaba, lo invertía en campo”.
LA EMPRESA
En el dibujo táctico de Leo hay una alineación definida: él se mantiene en el “mediocampo”, análogo a lo que sería un tomador de decisiones estratégicas y conectando producción y negocio.
Hacia adelante, ejecutando las labores y el manejo, está su cuñado y “mano derecha”. Y, hacia atrás, quien siempre le cuidó la espalda, su padre.
El resto del plantel está integrado por su ingeniero agrónomo y los trabajadores que van llevando otras tareas generales, como el mantenimiento de la maquinaria y del campo.
“Siempre pensé en mi futuro”, advierte. Por eso, antes del retiro a finales de 2021, empezó a formarse como productor y a interiorizarse a fondo en cada una de las decisiones, técnicas y financieras.
El “Ponzio agricultor” refiere con tanta solvencia a las cuestiones productivas que es difícil asociar que solo, hace siete meses, dejó el fútbol profesional. Mientras organiza su nueva rutina de trabajo y se recupera de una operación de rodilla, prepara su partido de despedida en septiembre, en el Monumental.
Linda tarde de trabajo de campo. pic.twitter.com/Tnd4UTHZFA
— Leonardo Ponzio (@LeoPonzio_ok) December 27, 2017
Leo habla de las diversas dificultades actuales del sector, como encontrar un empleado que “tenga pertenencia”; también menciona la importancia de invertir en tecnología, el valor agregado y el recambio generacional. Además, se proyecta en el negocio.
A la hora de seguir presentándose, mientras mira a lo lejos un lote de trigo que está entrando en macollaje, se sincera: “En la producción soy más arriesgado que en la vida. Siempre quiero apostar por la mejora mientras que, en el resto de mis decisiones, analizo más”.
También reconoce que produce sobre campos con diferentes aptitud productiva. En aquellos que son de punta, menciona que la rotación es la tradicional: trigo/soja de segunda; maíz y soja de primera, mientras que aquellos que son de inferior calidad, los había pensado ganaderos.
Para esto último, sigue recordando a su abuelo. “Me decía permanentemente que la ganadería era una cajita de ahorro. Por eso, hace unos años, aposté a la cría. Sin embargo, cuando analicé invertir para mejorar la genética y el planteo, la inversión era más importante que la futura ganancia. Así que, fuera la vaca”, cuenta.
En ese campo de condición ganadera, aclara que cambiaron a una agricultura con cultivos aptos y una rotación a base de sorgo, maíz y planea sembrar girasol.
Quedó claro que debajo de la “camiseta agrícola”, está la ganadera y que también se proyecta en función de ella: agregando valor.
A futuro dice que tiene en mente cambiar sus hectáreas ganaderas, alejadas de Las Rosas, por otras más cercanas y cerrando todo el sistema en un campo con engorde a corral y con genética de calidad.
Yendo y viendo entre su pasado y presente, también pinta una foto de los tiempos que corren con la nueva generación. Leo habla de su hija adolescente y la transferencia del “sentimiento productivo”, como lo hicieron con él.
“Ella me dice que quiere ser fotógrafa y yo le digo que tiene que ser ingeniera agrónoma. Hacete de cargo”, se ríe. A lo que agrega, con honestidad: “A nosotros, siendo chicos o jóvenes, no nos obligan a a venir al campo, pero a los chicos, ahora, hay que conducirlos a que estén acá, decirles que hay internet, que pueden estar conectados, que vengan acompañados de sus amigos. Así incorporan el campo a su mundo.”
LA MAQUINARIA
Leo cambia de frente y cuenta que está con todas las intenciones de recambiar su sembradora por otra que incluya el kit de granos fino y grueso, y tenga más ancho de trabajo. Ahí muestra otra de las aristas de un productor típico: reinvertir en el negocio para seguir mejorando.
“Este año estuve por las ferias agropecuarias con la intención de comprar la sembradora, pero la inversión es alta. Voy a esperar la próxima campaña. En Argentina, hay que aprovechar la oportunidad para hacer el negocio“, advierte, mientras reconoce que la última campaña agrícola fue muy buena para él.
En ese punto, aprovecha y añade que no escatima en tecnología de insumos para la rotación agrícola porque entendió que el cultivo se lo devuelve con más rendimiento. Humildemente, desliza que está aprendiendo a familiarizarse con todo el entorno digital que portan las nuevas máquinas.
Más allá de que no avanzó con el recambio de la sembradora, sí invirtió en la compra de un tractor New Holland, el segundo de su colección que ya cuenta con T6.130: el nuevo es un T7.240.
Su parque de maquinaria se completa con un pulverizador e irá, según auguró, por la cosechadora.
De todos los momento vividos, campo/fútbol, Leo recuerda que los mejores vienen de su infancia, cuando llegaba al campo a pasar las vacaciones. “Cuando llegaba mi abuelo, estábamos todo calladitos y serios”, sonríe, a lo que suma que era norma “levantarse temprano, dormir la siesta e irse a dormir temprano”.
Mientras que por el lado del fútbol, todos los títulos fueron puras satisfacciones. “Pienso que de todos años como profesional, el fútbol me dio mucho, pero yo siempre entregué lo máximo y eso es un reconocimiento personal”, reflexiona.
Para cerrar la charla, comenta: “A todos los jugadores o ex-jugadores cercanos los quiero meter en el campo. Pero se las tengo que contar bien, con los riesgos y los beneficios que implica… igualmente, después pienso en que te tiene que gustar mucho el campo para invertir. Estuve a punto de convencer a Nacho -Ignacio- Scocco y fui insistente con Maxi Rodríguez, pero no se dio en ningún caso”.
Para Leo Ponzio, el campo es “familia” y esta pasión, como el fútbol, también la intenta transmitir. Así también, su espíritu campero demuestra que enfrentará todos los desafíos, como si fueran la última pelota.