El faltante del combustible que se está sintiendo podría agravarse conforme avance la recolección, que recién es incipiente. Los contratistas están en alerta ya que es su época de mayor trabajo.

“Juan: tema gasoil estamos muy complicados, no se consigue en ningún lado y no sabemos si vamos a poder trabajar mañana”.

Este mensaje de audio recibió el lunes por la tarde un productor del sudeste cordobés que ya tiene sus sojas listas para ser cosechadas, pero deberán permanecer a la espera de que el contratista que envió el mensaje pueda conseguir el combustible.

Es apenas un botón de muestra del drama que están viviendo por estas horas quienes dependen del gasoil para trabajar, ante la escasez y desabastecimiento del mismo.

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El sudeste cordobés, el sur de Santa Fe, Entre Ríos y el norte de Buenos Aires y La Pampa conforman la zona núcleo central donde se siembran la mayoría de los lotes de manera temprana, y es donde la crisis del gasoil ya está impactando con fuerza.

Pero es apenas un pequeño porcentaje: el principal riesgo es que aún falta levantar más del 85% de los lotes, por lo que si no aparece combustible, el problema va a tender a agravarse, más cuando empiece a solaparse también la siembra de trigo.

Contratistas, en alerta

“En los últimos días la situación se fue agravando, porque no hay stocks de gasoil. Esto a nosotros nos pone muy mal, somos los que más sufrimos en este momento porque somos los que más consumimos y no tenemos capacidad para almacenar mucho más que dos o tres tanques”, mencionó a Infocampo el presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Maquinaria Agrícola (FACMA), Jorge Scoppa.

El cálculo es que un equipo de cosecha, contabilizando la cosechadora, más el tractor y la camioneta, necesita unos 1.100 litros diarios para trabajar unas 10 horas en la recolección de los cultivos. Solo la cosechadora se lleva entre 700 y 800.

“Nuestra pregunta es: ¿qué va a pasar cuando esto se intensifique? Aún no estamos en plena cosecha, no es que va a mermar la demanda de combustible, sino todo lo contrario, recién está empezando. En mi zona, entre Sunchales y Rafaela, todavía es incipiente, cuando esté todo a pleno, no sabemos qué solución le van a dar a este tema”, se preocupó Scoppa.

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Los datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires lo confirman: contabilizando el avance de cosecha de soja, maíz, girasol y sorgo, apenas se han levantado 3,3 millones de hectáreas de las más de 26 millones sembradas. Un progreso de solo 12,5%.

En otras palabras: de cada 10 hectáreas que se sembraron en el verano, aún quedan por cosechar casi 9.

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“Hay que recordar que esta es nuestra época de mayor trabajo, nos preparamos y preparamos nuestras máquinas para esto, para salir y no parar. Si tenemos que parar por falta de combustible, bueno, ya realmente no se puede creer”, cerró Scoppa.

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