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“La producción actual se corresponde con decisiones tomadas hace un año”

Fuente: Periódico MOTIVAR – Industria Veterinaria – Sanidad Animal 30/06/2020 08:55:10 hs

Entrevistamos a Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, quien repasa el contexto de una actividad estratégica para la dieta de los argentinos. ¿Cuáles son las perspectivas para el corto y mediano plazo? La entrada “La producción actual se corresponde con decisiones tomadas hace un año” se publicó primero en Periódico MOTIVAR - Industria Veterinaria - Sanidad Animal.

Domenech. “La industria no está en una situación cr´´itica, pero la dinámica es complicada”.

Entrevistamos a Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas, quien repasa el contexto de una actividad estratégica para la dieta de los argentinos. ¿Cuáles son las perspectivas para el corto y mediano plazo?

Facundo Sonatti
facundo@motivar.com.ar

En la industria avícola lo que sucede hoy es producto de decisiones que se tomaron con celeridad y antelación. En el marco de la cuarentena global producto de la pandemia por COVID19, esas decisiones deben contemplar los efectos aún inciertos sobre el mercado. Sin embargo, en diálogo con MOTIVAR , Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), adelanta cuáles pueden ser las consecuencias de esta crisis sobre una industria que, a través de 50 frigoríficos, faena 3,5 millones de pollos cada día hábil y coloca cerca de 180.000 toneladas mensuales de alimentos, tanto en el mercado local, como en los destinos internacionales más disímiles.

MOTIVAR: ¿Cuál es la situación de la industria en el medio de la cuarentena?

Roberto Domenech: La industria no está en una situación crítica, pero la dinámica es complicada porque se toman decisiones a gran velocidad en el medio de un escenario inédito en un país como la Argentina.
Pero, en general, el sector está firme y todas las crisis que ha sufrido siempre han sido superadas.
¿Cómo evoluciona el consumo y qué repercusiones tiene sobre la producción?
La producción actual corresponde a decisiones que se tomaron hace un año.
En el momento que se decide bajar las reproductoras, pasarán 25 semanas para que entren en producción y otras cinco para alcanzar el ritmo máximo.
El escenario de hace 30 semanas para esta fecha no tenía nada que ver a lo que está sucediendo. De hecho, en marzo, ya se empezaron a sentir las consecuencias de la pandemia.
Entre el 10 de ese mes y el 12 de abril, previo a Semana Santa, se arrasó con todo y las ventas superaron todos los pronósticos, en torno a un 15% por encima del promedio, es decir, unas 40.000 toneladas adicionales producto del sobre stock pre cuarentena.
Acto seguido, la demanda se desplomó y desde la segunda quincena de abril, repartidores y mayoristas no podían colocar la mercadería, lo que llevó a nuevamente a llenar las cámaras de los frigoríficos.

“El consumo sigue siendo elástico al precio y los valores en el mercado local están un 20% debajo de los precios máximos que impuso el Gobierno hace un tiempo”.

¿Y cuál es el comportamiento del consumidor hoy?

El consumo familiar de pollo trozado, alitas, suprema, cuarto trasero, menudos y carcasas continúa en ascenso. Hoy, el 40% del pollo sale trozado de la industria, pero, a su vez, del resto, un 75% es pollo entero que termina siendo trozado en los puntos de venta. Además, el filete se agota y subsidia el cuarto trasero en la zona de bajos recursos, a solo unos $ 100 el kilo. Y si bien parte de la suprema se vende hecha milanesa, empezó a quedarse, porque compite con los cortes caros de carne bovina y cerdo. Sin embargo, hasta ahora, todo esto compensó la caída del mercado “caliente” de restaurantes. Ese segmento gastronómico, llegó a representar un 11% del volumen comercializado por la industria y concentrado sobre todo en tres firmas, sufrió un golpe importante.

¿Qué pasó en el frente externo?

Nosotros veníamos de elevar los volúmenes de exportación de 15.000 a 25.000 toneladas mensuales desde agosto hasta febrero, inclusive.
A partir de ese entonces, se empezó a frenar el comercio internacional y se teme que ese problema se agudice: se habla de una caída del 12 al 30% en todos los productos, sumado a las medidas que puedan llegar a tomar los dos grandes proveedores globales: Brasil y Estados Unidos. Los precios del cuarto trasero que vende el país del Norte, bajan sistemáticamente y Brasil entró en un proceso de devaluación competitiva.
Eso nos pone en un lugar de gran preocupación realmente.

¿Puede una caída de esa magnitud en las exportaciones generar un efecto dominó en la industria?

El consumo sigue siendo elástico al precio y hoy los valores en el mercado local están un 20% debajo de los precios máximos que impuso el Gobierno. Es decir, el pollo sale de los frigoríficos a $ 65 el kilo cuando deberían cotizar a $ 78.
Esto se explica porque la industria debe colocar los productos del sobre stock en el mercado, pero ya se está achicando de cara a lo que será la profundización de la crisis argentina y los efectos serán una caída en la productividad.

“La Argentina es reconocida en todo el mundo por su excelente sanidad pero, por otro lado, no logra hacer la diferencia en cuanto a otros insumos, como la energía y los fletes”.

¿Pueden resentirse las inversiones que demanda el sector?

Las inversiones en granja vienen muy atrasadas, sobre todo en infraestructura, techos, paredes y pisos.
Los modelos de última generación que se denominan túneles solo cubren el 15% de los 11 millones de metros cuadrados de galpones. A su vez, se puede decir que un 50% tienen instalaciones aceptables y son un 35% donde hay que hacer un esfuerzo tremendo para modificarlos, pero seguimos sin acceso al crédito. Hay muchas granjas de 15.000 pollos, es decir, una escala muy pequeña que resulta muy costosa. Sin embargo, hay que destacar que las plantas de incubación y los frigoríficos están en niveles aceptables. Siempre la industria se caracterizó por una fuerte reinversión.

¿Se pueden hacer pronósticos de lo que sigue post pandemia?

Es muy difícil pronosticar qué pasará con el comportamiento del consumidor. Nos queda observar lo que ya sucede en Europa para anticipar lo que puede llegar a suceder en el mercado local porque los comportamientos son similares.
En ese sentido, calculamos que se retomará el consumo previo a la pandemia y, si bien, teníamos pensado destinar un 14% a la exportación y, ahora estamos en solo un 8%, eso se debe a que no logramos precios competitivos.

¿Cómo se puede crecer en un mundo cuya economía cae?

Uno de los debates es qué pasará con el tipo de cambio local, porque volvemos a quedar caros y el país necesita un saldo comercial positivo considerable. El mundo entero ha devaluado más que la Argentina.
La devaluación del año pasado no existió porque la fue acompañada por un salto inflacionario.
En cambio, acá cerca, por ejemplo, Brasil hizo una devaluación del 48% con una inflación de 5 puntos. El mercado global va a sufrir una retracción de la industria avícola y eso va a desatar una batalla donde los gigantes, como Brasil y Estados Unidos, van a bajar los precios para colocar su producto.
Mientras tanto, la Argentina es reconocida en todo el mundo por su excelente sanidad, pero no logra hacer la diferencia en otros insumos, como la energía y los fletes. Entonces, el tipo de cambio pasa a ser una variable central para poder retener participación en el mercado mundial.

Trabajar bajo protocolo

“Afortunadamente no tuvimos ningún caso”, suspira Roberto Domenech, presidente de CEPA. “Las condiciones generales de higiene para las personas que trabajan en la industria se cumplen y fundamentalmente los controles más estrictos pasan por los frigoríficos porque es donde hay mayor concentración de personal con hasta más de 500 personas”, aporta cifras de cómo vive la industria esta situación de cuarentena producto de la pandemia desatada por el COVID19
“En todo el proceso, desde la recepción hasta que lleguen a las cámaras pasan alrededor de 2 horas y media y se fracciona el ingreso del personal, según las áreas y se trabaja a menos velocidad, sumando un segundo turno, con un 10% más de gente a partir de ese desdoblamiento con el fin de lograr el distanciamiento social”, explica el modus operandi actual y cierra: “La mayoría de las empresas lo acordaron con el municipio, su ART y sindicato correspondiente”.

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