Una startup argentina apuesta por la carne cultivada
Laboratorios Craveri creó una división encargada de llevar adelante la multiplicación en laboratorio de células de origen animal.
La División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri dio inicio a B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados– la startup que utiliza técnicas de cultivo para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional que “presenta amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad”.
Desde la empresa recientemente creada aseguran que “si bien en el mundo existen laboratorios, grupos de investigación y startup que comenzaron a desarrollar esta tecnología desde hace varios años, B.I.F.E. es la primera compañía argentina que se encuentra actualmente desarrollando la tecnología para obtener carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo en el laboratorio”.
La producción de carne cultivada se considera como una de las alterantivas de solución ante la posibilidad de que falten de alimentos para la población futura teniendo en cuenta el crecimiento demográfico, así como la producción sustentable de productos alimenticios de origen animal a partir de cultivos celulares que no requieran del sacrificio animal.
“Estamos orgullosos del trabajo realizado. Es real, actualmente cultivamos células de origen animal para la producción de carne. El objetivo, es poder brindar a futuro un alimento de calidad, con un alto valor nutricional y que sea parte de la solución a la creciente demanda alimenticia que afrontará el mundo. No es una utopía, la carne cultivada es un hecho.” dijo Laura Correa, directora de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri.
En lo que se refiere a las posibilidades que se abren a la carne cultivada como un producto de consumo masivo, Laura Correa sostuvo: “En la actualidad, el mayor desafío que afronta la agricultura celular es lograr la escala requerida para agilizar el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y de fácil alcance al mercado. El proceso aún es artesanal y es necesario contar con la tecnología adecuada para lograr el escalado que automatice su producción”.
“El consumo de carne cultivada es una alternativa saludable dado que presenta notables ventajas a nivel nutricional y desde el cuidado de la salud. Entre ellas, se destaca la notoria reducción de la incidencia de enfermedades de origen animal utilizando estrictas reglas de control de calidad, imposibles de aplicar a la producción de ganado tradicional”. Uno de los puntos que aclara Laboratorios Craveri es que la carne cultivada no está modificada genéticamente, sino que es producto de la multiplicación in vitro de las mismas células que forman parte de la carne en el animal.
“El objetivo es imitar el nicho ambiental in vivo para crear un músculo comparable al tejido nativo. Así, se obtiene un sustituto de la producción de carne tradicional con amplias ventajas en el proceso productivo y en materia nutricional”, señalan.
La agricultura celular cuenta con la posibilidad de controlar la cantidad de grasa que contiene la carne convirtiéndolo en un producto alimenticio magro y sano que brinda todos los beneficios de la proteína animal. En este mismo sentido, no es necesario cultivar las partes no comestibles como hueso, el sistema nervioso, sistema respiratorio y sistema digestivo evitando desperdicio alguno.
En referencia a la relación de este producto con el impacto sobre medioambiente, el laboratorio afirma que “la agricultura celular es significativamente más eficiente en cuanto al uso de energía, tierra y agua que el ganado tradicional. Así, el desarrollo de carne cultivada en laboratorio se convierte en una opción viable que promete satisfacer la demanda de la población de manera sustentable y accesible”.
División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri es, actualmente, la única planta EPC II habilitada por el INCUCAI para realizar preparaciones celulares que requieran de un grado importante de manipulación.
EL CULTIVO PASO A PASO. Para llevar a cabo el proceso de cultivo, en primer lugar es necesario recolectar células animales que se encuentren en el tejido nativo del animal. Una vez obtenida la muestra, se deben aislar las células satélites (células encargadas de crear un nuevo tejido muscular cuando el músculo es dañado) y cultivarlas con el fin de multiplicarlas. Luego de obtenida la cantidad necesaria se las estimula para que se fusionen y formen fibras de tejido muscular.
Por otro lado, es necesario contar con un medio de cultivo que contenga todos los nutrientes que las células requieren para crecer y multiplicarse. Los actualmente utilizados contienen componentes inorgánicos y orgánicos que incluyen carbohidratos, aminoácidos y vitaminas.
En tercera instancia se requiere una matriz tridimensional que imite el entorno natural del músculo nativo. Además tiene que tener las características apropiadas para permitir la adhesión celular y la posterior proliferación y desarrollo de tejido muscular. El bioprocesamiento en sí mismo puede ser considerado en cuatro instancias, que incluyen: la expansión celular, la formación de las fibras musculares, la fabricación del producto y la valorización de los residuos.
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