¿Es posible aumentar la oferta forrajera en suelos salinos mediante mejoramiento genético?
Mediante la siembra de forrajeras subtropicales con incrementada tolerancia a la salinidad, aseguran que es posible aumentar la oferta de forraje de relativamente buena calidad en cantidad con mejoramiento genético. Experiencias en Panicum coloratum.
En el sexto Congreso de la Red Argentina de Salinidad (VI RAS), que se realizará del 22 al 25 de julio próximo en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), dictará una conferencia la Dra. María A. Tomás, de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Rafaela. Tratará las problemáticas y posibilidades del mejoramiento genético en forrajeras para suelos salinos y alcalinos.
Los pastizales naturales de zonas húmedas y subhúmedas resultan frecuentemente afectados por salinidad y/o alcalinidad. Las especies vegetales que habitan naturalmente estos ambientes salinos son tolerantes a la salinidad, pero su producción es escasa y generalmente de baja calidad nutritiva para el ganado. La siembra y utilización de especies forrajeras perennes con tolerancia a la salinidad no solamente aportaría alimento para el ganado, sino que también, debido a su sistema radical desarrollado y su perennidad, potenciaría la restauración del suelo.
El mejoramiento genético ha permitido la obtención de varias líneas o cultivares de cultivos agrícolas tolerantes a la salinidad, aunque se considera que el éxito relativo de esta empresa ha sido bajo. Es por esto que, para la obtención de formas tolerantes a la salinidad en estas especies, las esperanzas se centran en avances que se lograrían a través de biotecnología y transformación génica. De todas maneras, en el caso de las forrajeras perennes, es posible que se encuentren variantes tolerantes, por lo que la evaluación exhaustiva de la variación es el primer paso antes de iniciar un programa de mejoramiento genético.
Panicum coloratum (mijo perenne) es una gramínea perenne de origen africano que fue introducida al país en repetidas oportunidades para incrementar la oferta forrajera en zonas poco productivas. Dos variedades de la especie son las más conocidas en el país: la var. makarikariense de porte más alto y follaje color azul grisáceo y la var. coloratum, de hojas más finas de color verde brillante. Esta especie se considera relativamente tolerante a la salinidad.
Sobre una colección de P. coloratum de la var. makarikariense del INTA se encontró que fue posible distinguir genotipos susceptibles de tolerantes. En P. coloratum var. makarikariense se encontraron valores altos de heredabilidad en la condición salina. Esto se refiere tanto a la tolerancia a la salinidad medida a través de la producción de biomasa en salinidad, como en los daños, es decir en la disminución en el crecimiento relativo comparando las plantas en salinidad con el control, la progenie producto del entrecruzamiento mostró valores muy superiores a los esperados según las predicciones que se habían realizado. Por ejemplo, en peso seco aéreo en salinidad, se había previsto un aumento del 28,3% del valor medio de acuerdo a las estimaciones de heredabilidad, pero se obtuvo un incremento, después de la selección, de alrededor del 65% respecto de la población base. Los materiales mejorados fueron evaluados en campos salinos como plantas individuales.
Aun cuando no se cuenta todavía no datos concluyentes, podemos decir que existe la posibilidad de obtener germoplasma con tolerancia incrementada a la salinidad en Panicum coloratum. Son necesarios todavía otros estudios a campo que permitan medir el potencial forrajero de estos materiales en las condiciones de uso. Además, se hace imprescindible considerar que en la condición natural son varios los estreses que están actuando en forma combinada, por lo que será necesario ensayar el comportamiento de estos materiales frente a estas condiciones.
Estas evidencias apoyan la propuesta de que es posible aumentar la tolerancia a la salinidad de esta especie forrajera, a través de la selección y el mejoramiento genético.
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