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“No hay manera de copar el Congreso solo con gente del agro, hay que sumar citadinos”

Fuente: Infocampo 01/12/2025 15:06:02 hs

Entrevista a Ángeles Naveyra, presidenta de la Fundación Barbechando. Su balance sobre la labor del Congreso en 2025, las expectativas para 2026 y la comparación con Brasil donde el 92% de los legisladores del Frente Parlamentario del Agro son "citadinos".

Sin duda el tablero político en la Argentina tuvo un antes y un después tras las elecciones de octubre, en las que el Gobierno recibió un amplio apoyo de la ciudadanía y ello le allanó el camino para avanzar en nuevas desregulaciones.

Sabida es la buena sintonía del oficialismo con el sector agropecuario: el presidente Javier Milei suele mostrarse “de local” en reiteradas festividades y eventos del rubro, y se mueve entre productores y empresarios de la agroindustria para capturar imágenes de respaldo a su gestión, con notorias muestras de afecto.

En materia legislativa, sin embargo, el trabajo agropecuario no cuenta hasta ahora con un marcado apoyo de parte del oficialismo, pero tampoco de otros espacios.

En eso trabaja la Fundación Barbechando, el espacio en el cual se monitorea y se encolumna el lobby sectorial para mejorar los mensajes e intentar que lleguen a buen puerto, y se materialicen en políticas.

“A veces nos dicen que el sector llega con proyectos a veces totalmente distintos, mientras vemos que Brasil multiplicó por cuatro sus producciones. Allá el sector se ‘pelea’, pero luego saca un proyecto y la política va hacia ese proyecto, avalado por la producción y las gremiales. Esto lo estamos trabajando mucho con Barbechando”, explicó días atrás el dirigente maicero Federico Zerboni.

El presidente de Maizar sostuvo que “no hay nada mejor para un político que llevarle cinco cosas distintas, porque entonces puede no hacer nada”.

En ese trabajo cotidiano está Ángeles Naveyra y Barbechando, la fundación que preside.

RESULTADOS DEL 2025

-¿Cuál es el balance del año legislativo que hace la Fundación Barbechando?
-El año 2025 sin duda, nos mostró un camino que fue diferente al 2024.

-¿Por qué?
-Bueno, acordémonos: Ley de Bases al inicio, fracaso de la misma, después negociación, el Congreso empezó a tomar su dinámica, y después eso se paró. El 2025 arrancó con todo, recordemos que había una oposición muy fuerte que lo que buscaba era tratar de marcar el camino en ciertos temas y un oficialismo que trataba de ir frenando los embates de temas claves, como por ejemplo pasó con el caso Libra, o todos los proyectos que desfinanciaban al Ejecutivo. Entonces, se transformó en un ring de box.

-¿Qué generó en la agenda del agro?
-En pocas oportunidades. Pero así todos fuimos encontrando los momentos para, por ejemplo, que la comisión de agricultura convoque para llevar un proyecto de ley para la eliminación de derechos de exportación por primera vez desde la 125. No terminó en dictamen, pero pusimos el tema en agenda. ¿Biocombustibles? Estuvo por Diputados y luego se cayó, volvió por Senado, estuvo en agenda y después claramente a partir de octubre cambió la historia, con un Congreso que pintaba con mucho embate final de una oposición que buscaba claramente marcar la cancha al Gobierno. ¿Y con qué nos encontramos? Con que postelecciones claramente el ritmo del Congreso lo marcó la elección nacional.

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-Antes de las elecciones existía la idea de que en noviembre se volviera a la carga por la Ley de Biocombustibles. Eso finalmente no pasó. ¿Habrá tratamiento en lo que queda, o hay posibilidades de que suceda en Sesiones Extraordinarias?
-En octubre del año pasado, en la misma época que se logró el dictamen del proyecto RIDA, la Liga Bioenergética presentó un proyecto que tenía una unanimidad de provincias y un acuerdo realmente enorme. Y te digo la verdad, todos pensamos que iba a ser un mero trámite parlamentario que fuera ley, y ahí es donde el Gobierno usó la misma estrategia que usa con todos aquellos temas que como oficialismo no quiere que avancen: presenta una ley tapón, que fue la ley del Gobierno, que era totalmente diferente a por donde se quería ir para el aumento del corte en bioetanol y en biodiesel. Eso generó el parate, y ahí quedó.

-¿Qué pasó luego?
-Para nosotros, cuando en Diputados muere el proyecto de la Liga, pensamos que se había terminado el año parlamentario. Y ahí la sorpresa fue sin duda Senado: lo toman desde la Comisión y avanzó. Avanzó una reunión, avanzó otra. Otra vez teníamos tanto a la industria del petróleo como a las automotrices que daban su punto de vista de por qué la ley de la Liga no era lo que necesitaba la Argentina. Y bueno, el miércoles pasado (NdR: por el miércoles 19/11) se había dicho que el dictamen iba a aparecer, que estaban los votos para sacar dictamen, por supuesto, con la oposición. Y el martes a la noche nos avisan que se había caído la convocatoria y que no iba a haber sesión. Ahora oficialmente el proyecto queda archivado. No va a haber absolutamente nada de biocombustibles en lo que queda de ahora hasta el 30 de noviembre y en extraordinarias el tema tampoco va a estar.

-Es un duro revés para el sector.
-En Barbechando creemos que la Argentina necesita entender qué vamos a hacer con esta política de biocombustible y estamos empezando a tratar de alinear un poco más el mensaje del Ejecutivo. Si no es una ley, ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo transformamos en valor agregado nuestro maíz? Bueno, esa es la nueva discusión que se está dando y yo creo que el año que viene vamos a tener algún tipo de oportunidades para biocombustible.

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-A nivel regional armaron un frente con otros parlamentos del Mercosur y Sudamérica para unificar el mensaje ante la Unión Europea. ¿Cuál fue el gran motivo de eso?
-Sin duda, el viaje que hicimos a Brasilia en octubre del año pasado, donde llevamos un total de 28 legisladores, diputados y senadores nacionales de Argentina, de todos los partidos políticos, fue para hablar con sus pares de Brasil. Ahí se llevó a cabo la primera cumbre y ahí fue donde entendimos que el mensaje y el trabajo lo teníamos que hacer a nivel de bloque sudamericano. Ningún país es lo suficientemente fuerte para defender, primero que nada su soberanía, y segundo mostrarle al mundo de lo que somos capaces de producir. Y ahí con Brasil, con Argentina, con Uruguay y con Paraguay decidimos el armado de este espacio sudamericano del agro.

-¿Qué pasó luego en la Cumbre que se realizó en Buenos Aires, en abril de este año?
-La segunda Cumbre Sudamericana Agroglobal se hizo en el Salón de los Pasos Perdidos, y ahí se sumaron también Chile, Perú y Colombia. Y hoy estos siete países ya hemos conseguido dos eventos importantísimos. El primero de ella, la firma del Comunicado Unión Europea 11-15-2023, posicionamiento, propuestas y el entendimiento de lo que es primero que nada la soberanía de cada uno de nuestros países, encontrando las oportunidades, porque sabemos que si el mundo demanda algo, hacia eso tenemos que ir. Pero defendamos también nuestra forma de producir. Y el segundo que fue hace dos semanas sobre la COP 30, de entender que la agroindustria, el campo, es parte de la solución. Tenemos mucho para aportar en este tema que va de cambio climático, de la necesidad de demostrar nuestra sustentabilidad, de ser responsables con el uso de nuestros recursos naturales y la voz del agro no se escucha en estas COP’s. Bueno, este primer paso que dimos es un posicionamiento, un comunicado por escrito, adhiriendo los siete países con los parlamentos de esos países, y ya estamos soñando en una COP 31 hacia donde queremos ir con una enorme presencia.

-¿Se ponen un año objetivo en el cual el ‘Frente Agropecuario’ en el Congreso argentino termine por emular finalmente al de Brasil?
-Yo creo que nosotros estamos copiando algo en algún aspecto, sí, que es cómo creció (el Frente Parlamentario Agropecuario de Brasil). Pero la dinámica es a la criolla, es con nuestros legisladores. Y si a mí me preguntás, mi límite va a ser cuando yo tenga los 257 diputados y los 72 senadores formando parte de un espacio que piense esa Argentina grande de la mano del agro.

-¿Por cuánto va la cuenta hoy?
-Vamos 63. Nos faltan para llegar a 329, pero se está generando una dinámica nueva con el Congreso. Hay gente que en la vida hablaba del Congreso, y hoy te habla del Congreso, no es más una escribanía, tiene un compromiso y hay gente muy valiosa en el Congreso. Y a esos los queremos rescatar y los queremos invitar a formar parte de este espacio.

-¿Cuál es el criterio que aplica Barbechando para considerar ‘agropecuario’ a un diputado o senador? ¿Es para quien provenga por orígenes o formación en el campo o también contabilizan así a los citadinos que muestran interés por el agro?
-Sin duda, el segundo. La historia de la Argentina fue luego de la 125, con los agrodiputados. Todos aplaudíamos a los agrodiputados. Hacé una cuenta muy simple: 45 millones de argentinos, 200.000 productores, y creo que tal vez somos menos. No hay manera de querer copar el Congreso con gente que tenga ‘extracción agro’, no dan los números. Brasil nos mostró que el 8% de todos esos del Frente Parlamentario, solo el ocho son del agro, y el otro 92% son citadinos, son personas que entendieron que para desarrollar su país necesitan al agro y empezaron a apostar a las políticas públicas. Acá nuestro objetivo es el mismo.

-¿Quiénes serían esos ‘citadinos’ que fueron sumando?
-Yo necesito más (dirigentes como) López Murphy, que como me dice él: ‘yo no tengo una maceta, contadora, pero soy economista y sé hacer números’. Necesito más gente como Fabio Quetglas que te dice, ‘yo aprendí a amar al campo y el agro con ustedes y quiero trabajar en desarrollo territorial’. Bueno, esos son los ejemplos que tenemos que traer hacia nuestro espacio. Porque ellos después son los que van a poder contagiar esto. Bienvenidos los Atilio (Benedetti), Alfredo (De Ángeli), Luis (Picat), los agro, porque son productores que decidieron involucrarse en la política. Pero no me alcanzan si solamente voy a pensar en ellos.

-A menudo las posiciones más antagónicas para el sector están en las filas peronistas. ¿Con qué dirigentes peronistas mantienen buena sintonía y una agenda de trabajo?
Sin duda, uno de ellos, es el diputado por La Pampa, Ariel Rauschenberger, que es productor agropecuario del bloque de Unión por la Patria. Las discusiones y charlas que tenemos con Ariel sentado al lado de otro diputado de La Pampa, de otro bloque, (ellos) descubrieron que pueden dejar de lado sus diferencias partidarias cuando ponen a La Pampa por adelante. Ese es un ejemplo. Ahora me estoy yendo a la oficina porque viene la diputada Victoria Tolosa Paz para charlar con nosotros.

-¿Cómo organizan el trabajo parlamentario?
-Tenemos mapeado de acá hasta fin de año no recibir menos de 15 o 20 diputados de Unión por la Patria, libertarios, del radicalismo, de la Coalición Cívica, Encuentro Federal. Bienvenidos todos los que quieran trabajar con nosotros la agenda del agro. Con algunos es más fácil, hay otros con quienes nos estamos dando cuenta que tenés que darle una vueltita para ver cómo los convencés de trabajar. Y también: construir desde las diferencias, porque ninguno de los partidos políticos hoy tiene una mayoría, y yo necesito de todos para conseguir el 51%. Entonces, y bienvenido sea que tenga un congreso de tercios y sin mayorías automáticas porque no le hacen bien a la Argentina.

-¿Esperaban mayor apoyo del oficialismo en materia legislativa?
-Me hacen mucho esta pregunta, y me tengo que correr. A nivel legislativo es muy poco lo que se pudo hacer, porque el Ejecutivo en los dos primeros años no tuvo ningún tipo de relacionamiento con el Congreso, salvo para Ley de Bases y después para frenar todas las cosas que intentaban salir, pero no tuvo acción legislativa real de una ley de Biocombustible, una ley para eliminar los Derechos de Exportación, una ley de Buenas Prácticas Agrícolas. Pero nosotros sí tomamos todas esas leyes y las llevamos al Ejecutivo.

-¿Qué les respondieron?
-La respuesta que lo primero que se iba a trabajar sería sacar presión tributaria, pero que no tocara el equilibrio fiscal. Entonces, ya eso te deja de lado el tema de las retenciones, que el Ejecutivo lo fue manejando en función al déficit, al superávit y a la posibilidad. Pero sí trabajamos mucho en todo lo que es la desregulación. Sí es cierto que, como dicen, se derogó casi más de una regla, una resolución por día hábil de Gobierno y en el agro han habido muchas de esas trabas y de esa burocracia. Parece que fue hace 1000 años, pero en diciembre del 2023 en la Argentina había limitación para la exportación de siete cortes de carne, fideicomiso de trigo, brecha cambiaria, además de por supuesto las retenciones, además de que tenías para poder sacar una carta de porte cinco SISA’s para ser como productor. Y así, una lista muy larga. ¿Se resolvió todo eso? No, pero eso ayudó mucho a que pudiera ser más fluido, mientras que por supuesto todos esperamos el momento en que se le ponga su certificado de defunción a las retenciones, que son el real mal y el problema que tiene nuestra Argentina empobrecida. Porque toda esa plata, en lugar de quedar en las provincias que producen, van a un Estado central que lo usa en donde cree el Gobierno que es el mejor lugar y sin duda la historia no muestra que no es donde debe estar. Pero sí vemos un Congreso que no ha tenido mucha actividad legislativa de nada, pero menos del agro, pero sí un Ejecutivo con una Secretaría muy abierta a las propuestas y a que le hagamos todo tipo de aportes y comunicaciones para mejorarnos la vida hasta tanto sin duda se terminen los DEX.

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