Por primera vez exportó sandías y se transformó en un símbolo de la “motosierra” desreguladora
Un productor de sandías de Chaco realizó una exportación directa a Uruguay y lo celebró con un video compartido por el ministerio de Desregulación. La eliminación de una traba burocrática fue clave para este logro.
“Menos regulación, más exportación. Walter cultivó sandías toda su vida. Hoy, gracias a la desregulación, pudo llevar su trabajo más allá de nuestras fronteras”.
Así comienza un mensaje que el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, a cargo de Federico Sturzenegger, compartió a través de las redes sociales, acompañado de un video grabado por un productor que alcanzó un logro histórico: poder exportar de manera directa sus sandías a Uruguay.
¿Cómo lo hizo? Puntualmente gracias a la eliminación de trabas burocráticas sanitarias que impedían este tipo de operaciones, y que fueron quitadas en febrero pasado precisamente a raíz de un pedido de éste productor chaqueño, llamado Walter Detzel, a Sturzenegger.
“Es un día histórico para Juan José Castelli (Chaco. Esta sandía es la primera en la historia que se logra exportar a Uruguay. Queríamos darle las gracias exclusivas al presidente Javier Milei y al ministro Sturzenegger, porque sin ellos no hubiese sido posible”, expresó Walter.
Y agregó: “Específicamente Federico logró disolver muchas trabas burocráticas que teníamos en Aduana, y esto es un sueño que se transformó en realidad. Es un hecho concreto, esperemos exportar mucho más. Infinitamente gracias”.
Por su parte, el Ministerio de Desregulación completó: “Celebramos que las barreras eliminadas se conviertan en oportunidades para los argentinos”.
Gracias Walter! https://t.co/DVI7XRP2Zj
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) October 28, 2025
LO QUE CAMBIÓ PARA LAS SANDÍAS
Como se mencionó, el comienzo de esta historia se remonta a febrero pasado, cuando la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación emitió una serie de resoluciones que reducen y agilizan los trámites para poder exportar frutas.
Una de ellas apuntó a una actualización y unificación de los controles a cargo del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) para aprobar los establecimientos de almacenamiento y empaque de frutas, hortalizas, aromáticas, hongos, algas y semillas comestibles.
La otra redujo el radio de acción del Senasa en lo que refiere a las autorizaciones que debe realizar un productor o empresa al momento de una exportación de frutas, ya sea cítricas, no cítricas, secas o desecadas.
Aquí es donde se suma Walter al proceso: de acuerdo con Sturzenegger, esta desregulación nació por un mensaje que le envió, relatándole los problemas que tenía para exportar sandías.
“Le pedían envases para sus sandías que su cliente externo no aceptaba. La solución: cargaba el barco y cuando salía desarmaba los paquetes exigidos y los reemplazaba por los que sí servían. Lo cierto es que lo de Walter resultó la punta del témpano, abajo pululaba una maraña de resoluciones y obligaciones típicas de un estado militar-kafkiano”, relató el funcionario.
A partir de allí, dijo que comenzaron a trabajar con el titular del Senasa, Pablo Cortese para reducir estos obstáculos.
Desde su punto de vista, la actuación del Senasa en estos procesos debe reducirse solo a dos factores:
- La vigilancia sanitaria: controlar que no haya pestes que puedan propagarse afectando la actividad.
- La emisión de certificados fitosanitarios para la exportación: permiten el comercio internacional de estos productos.
“Escribimos entonces una norma desde cero focalizada en solo estas dos cosas. El resultado: una normativa liviana donde los productores solo tienen que avisarle al Senasa lo que hacen y dónde están (así, en un evento sanitario, el organismo puede trabajar con los productores para contener el foco), y donde también ponemos al Senas a disposición para la emisión de certificados fitosanitarios. Fin”, resumió Sturzenegger.
Así, desde ahora, son varias las “desregulaciones” que este cambio normativo implica:
- Se deja de pedir habilitación de instalaciones, mucho menos la necesidad de revalidarlas anualmente. Todos los trámites en curso caen automáticamente, las firmas registradas ya no necesitan hacer nada más.
- El productor puede cosechar cuando quiera ya que se eliminan los permisos de autorización de cosecha. “Sí, antes un burócrata te decía si podías cosechar y cuándo”, mencionó Sturzenegger.
- Se elimina toda la normativa que tiene que ver con envases,que pasan a ser una elección libre de los productores. “Sí, antes el Senasa te decía como envasar y te verificaba que le dieras bola (sic)”, agregó.
- Senasa estará disponible para certificar lo que exijan las autoridades sanitarias de los países importadores, pero no va a poder exigir ningún trámite adicional. “Adiós a medir el tamaño de las cabezas de ajo que luego se usaban para hacer pasta, o pedirte la habilitación de una fábrica para certificar muestras”, completó.
- Se eliminan las restricciones a la exportación por tipología de fruta (antes solo se permitía la exportación de fruta premium), porque “se exportará lo que demande el mercado”, amplió.
“De esta manera, los productores van a hacer menos papeleo y el organismo podrá poner más energía en la vigilancia sanitaria, donde agrega valor. VLLC”, cerró Sturzenegger.
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