Las mediciones del impacto ambiental de las producciones agropecuarias son una realidad para los productores. Pero más allá de las emisiones de carbono, el registro de cuánta agua se consume empieza a ser analizado con más profundidad.

En la zona más transitada de Expoagro, cerca de la torre de control, las empresas que conforman un verdadero polo “agtech” del agro estuvieron junto a los requerimientos y consultas de los productores más inquietos por las nuevas tendencias de producción en el campo.

Entre las firmas que colocaron su stand allí se encontró Cacta, una empresa que tiene raigambre argentina, pero que también tiene desarrollos en otras partes del mundo como España o Alemania.

Cacta mide el impacto ambiental y los distintos tipos de “huellas” que la producción deja en los campos. La huella de carbono es la más conocida entre los productores y a esta altura ya es un concepto que suena cada vez menos extraño, con múltiples variables de monetización y también con normativas internacionales que verifican y exigen determinada trazabilidad.

En ese marco, la huella hídrica aparece como otro de los conceptos a desarrollar. Y en Cacta comentaron sobre su desarrollo.

EL AGRO Y LA HUELLA HÍDRICA

“Es un concepto que está ganando terreno rápidamente. Este impulso se debe, en parte, a las demandas del mercado, especialmente en las economías regionales. Los productos que se exportan a Europa están empezando a requerir una trazabilidad específica que incluye el análisis de ciclo de vida, y dentro de este análisis, la huella hídrica es un aspecto importante”, apuntó Luciano Sambataro, CEO y cofundador de la firma.

“Por eso es que nos emociona el futuro inmediato que se viene para este año”, sumó.

Un punto a favor en la huella ambiental del agro argentino: “El nivel de digitalización es muy bueno”

Según explicó, el perfil de los productores que piden saber más sobre estos aspectos es muy variado. “Tenemos de todo, desde productores de especialidades, con economías regionales que nos han preguntado mucho por los módulos de ganadería y leche, rubro en el cual estamos próximos a implementar el mes que viene”, explicó.

“Y también en cultivos extensivos, de productores de pequeñas hectáreas pero muy informatizados, que tienen realmente un interés genuino en hacer las cosas bien y demostrarlo”, comentó.

Sambataro analizó también que el desarrollo de estas mediciones en el terreno de la ganadería guarda relación con la trazabilidad.

“Es un proceso complejo debido a que muchos de los sistemas de gestión recién ahora están empezando a incorporar un módulo de ganadería. Esta situación implica que la disponibilidad de datos específicos y rastreables en el sector ganadero es relativamente nueva y, por lo tanto, muy valiosa”, comentó.

CACTA LLEGÓ A EXPOAGRO

Ante este panorama desde Cacta analizaron también el debut de la firma en la megamuestra del campo, Expoagro.

“Este fue nuestro debut en Expoagro. La verdad, estamos muy contentos porque la recepción fue muy buena y notamos mucho interés en lo que es sustentabilidad, pero sobre todo esto que siempre venimos taladrando de a poquito: salir de la concepción fija de la huella de carbono y empezar a preguntar cómo se están midiendo otras cosas, como lo que explicábamos de la huella hídrica, la biodiversidad en general”, cerró Sambataro.