En el marco de la Vendimia 2025, uno de los reclamos que se escucharon desde la cadena del vino hacia las autoridades tuvo que ver con el control de la lobesia botrana o polilla de la vid.

En uno de los discursos que tuvo el tradicional desayuno de la Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina) en Mendoza, en la antesala a la celebración por la Vendimia 2025, el presidente anfitrión apeló a un pedido urgente: el control de la lobesia botrana o “polilla de la vid”.

“Un párrafo especial para lobesia botrana, que se ha transformado en una plaga nacional muy importante para la vitivinicultura argentina. Necesitamos rápidamente establecer un mecanismo de acción inteligente”, calificó Mario González, hoy al frente de la Coviar.

González hizo el pedido delante del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, el de San Juan, Marcelo Orrego, y el invitado especial: Carlos Sadir, de Jujuy. Pero también ante el secretario de Agricultura de la Nación Sergio Iraeta, que viajó a la zona acompañado por el hombre de confianza de Luis Caputo en cuestiones de producción, Juan Pazo, hoy al frente de ARCA.

González pidió: “Entre todos los involucrados del sector privado más el sector público, para lograr bajar los efectos adversos que se vienen produciendo”.

LAS PÉRDIDAS DE LA POLILLA DE LA VID

se trata de una plaga que pudre el racimo de uva y que puede tener impacto en el 50% de un lote, o en algunos casos por más.

Hoy, el Senasa recomienda realizar aplicaciones para su control. Pero no obliga. Sí sucede que quienes exportan uvas deben afrontar gastos de cuarentena para las frutas.

“Necesitamos urgente armar un programa entre privados y los gobiernos provinciales y nacionales para avanzar en los controles qué deben ser coordinados y entre todos. Es una plaga nacional que no puede tener programas aislados, porque así no la vamos a frenar nunca”, alertó ante la consulta de Infocampo el propio González.

El bodeguero riojano explicó que la lobesia hoy es responsable de muchos kilos perdidos en productores de Mendoza y San Juan, las dos provincias más afectadas.

“Los costos de los tratamientos son altos y se suman a los costos operativos normales de la actividad, y eso nos hace perder rentabilidad”, expuso.

“Por eso creemos que hay que armar un programa general, con tiempo y roles de cada uno, de todos los privados, de las provincias y la Nación para atacar este problema de raíz y lograr bajar la intensidad y los costos que esto demandará”, pidió.

En la actividad estiman que un productor vitícola puede gastar entre u$s 150 y u$s 200 por hectárea. “Y puede ser más si te dedicás a una producción con certificación orgánica”, planteó González.

Control biológico aumentativo: una avispa podría ser la solución contra la polilla de la vid

La zona de Tupungato fue una de las más golpeadas por la plaga, pero en áreas de San Juan el problema también se sintió.

Horas después del desayuno de la Coviar, el almuerzo de Bodegas de Argentina fue a su vez otro de los sitios en los cuales se plantearon distintas situaciones de la vitivinicultura. Y la polilla de la vid volvió a emerger entre los discursos.

“Si bien las bodegas y productores están haciendo un gran esfuerzo, no alcanza para controlarla. Es una cuestión de Estado combatir las plagas que nos aquejan”, pidió Walter Bressia, titular de Bodegas de Argentina.