El presidente Javier Milei habló este sábado a la noche  ante la asamblea legislativa, en la apertura de una nueva tanda de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. En un discurso cargado de autoelogios a su primer año de gestión, en especial por los avances logrados contra el déficit fiscal y el control de la inflación,

El presidente Javier Milei habló este sábado a la noche  ante la asamblea legislativa, en la apertura de una nueva tanda de sesiones ordinarias del Congreso Nacional. En un discurso cargado de autoelogios a su primer año de gestión, en especial por los avances logrados contra el déficit fiscal y el control de la inflación, el mandatario hizo pocas menciones al sector agropecuario, pero volvió a prometer que “tarde o temprano” eliminará los derechos de exportación (DEX) que tanto critican los productores.

Al principio de su discurso, el presidente enumeró los impuestos que el gobierno eliminó o redujo a partir del control de las cuentas públicas y el superávit financiero logrado por el fisco. Tras mencionar el Impuesto PAIS, la emisión monetaria y algún otro tributo menos, sobre las retenciones que afectan a los granos y la carne dijo Milei que “las eliminamos definitivamente para las economías regionales y para los productos tradicionales lo hicimos de manea transitoria, pero sepan que tarde o temprano las vamos a terminar de eliminar”.

En el discurso cargado de supuestos logros de su gestión, mientras las bancadas oficialistas aplaudían a rabiar con apoyo de los balcones colmados de militancia, y los pocos legisladores opositores que fueron miraban hacia el costado, Milei ocupó la primera hora de su discurso a enumerar punto por punto los objetivos logrados por su gestión. No hubo menciones allí a ningún logro en materia productiva, vale decir. Solamente un mimo al ministro desregulador Federico Sturzenegger. Dijo que se ocuparon de pesar los papeles de las regulaciones que existían para la producción de frutas (que el Senasa modificó hace pocos días) y que bajó de 1.600 gramos a solo 80 gramos. “Es decir cayeron en un 95%”.

Luego deslizó que eso implicó menos coimas por parte de lso empresarios a los funcionarios, ya que “lo que pesaban las regulaciones tenia su correlato en otro tipo de papeles, e veces verdes y a veces europeos”, ironizó.

“Llevamos cumplido el 97% de las promesas de campaña en solo un año”, aseguró el presidente en uno de los tramos más aplaudidos por los suyos. Llevaba hablando casi 45 minutos en puro autobombo y denostando, como es habitual, a la casta política.

Recién cuando faltaban diez minutos para las diez de la noche, el presidente comenzó a hablar sobre el futuro y denominó 2025 como el año de la reconstrucción. En ese sentido anunció que “nuestros equipos trabajan en una decena de leyes con reformas de fondo”. Una vez más, no mencionó ninguna que específicamente se refiera al sector agropecuario.

“La primera asignatura es desterrar la inflación para siempre, el déficit fiscal en la madre de todos los males de la historia del país”, indicó Milei, dando a entender que una de las leyes obligará al Estado a asumir el equilibrio fiscal como obligación.

“Yo prefiero achicar el Estado y que haya menos pobres en la Argentina. La motosierra no es solo un programa de gobierno sino una política de estado, seguirá por años y no parará hasta que no encuentre el final del estado en el largo plazo”, agregó en otro tramo, anticipando que pretende privatizar la mayor parte de las empresas públicas.

También una reforma laboral y una reforma impositiva estructural, para pasar a tener únicamente seis impuestos, eliminando 91.

“Necesitamos devolverle a los argentinos la posibilidad de comerciar con quien lo desee”, añadió el Presidente, quien aseguró que otra reforma apuntará a “abrir los mercados”, tanto para que los argentinos puedan adquirir los mejores productos del exterior como para que los exportadores locales salgan a conquistar un mercado de 8.000 millones de habitantes. Cargo, en medio de este anuncio, contra quienes argumentan que se deben proteger ciertos sectores porque generan puestos de trabajo. “Basta de la mentira proteccionista, que no es más que un curro entre los políticos y los empresarios”, declaró.

En ese sentido, dijo que avanzará en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y de ser necesario saldrá del Mercosur, porque “lo único que logró fue enriquecer a los industriales brasileños a costa de los argentinos”, enfatizó.

Los opositores, que eran pocos, solo interrumpieron el discurso presidencial cuando se refirió a las dificultades que tuvo para designar al juez Ariel Lijo en la Corte Suprema, endilgándole de nuevo la culpa a la políticas y no a la baja moralidad de su candidato. Allí tuvo un cruce directo con el diputado radical Facundo Manes. Sirvieron esos gritos como preludio a otro anuncio pesado: que se comenzará a cobrar los servicios púbicos a los ciudadanos de otros países.

“Estamos avanzando en un acuerdo con el FMI para poder terminar de sanear el balance del BCRA y poder salir del cepo cambiario durante este año”, dijo Milei sobre el final, sin dar más detalles. Solo dijo que “estamos en condiciones de avanzar en esta acuerdo sin aumentar la deuda bruta”.

Luego de una larga explicación sobre las estafas que los gobiernos anteriores provocaron estos años a la autoridad monetaria (como la pesificación asimétrica de 2002 o el Plan Bicentenario de Cristina) Milei asgeuró que “la política le robó a los argentinos 110 millones de dólares”. Y se envalentonó comparando esto con el caso de las crytomonedas truchas que lo tiene ahora como protagonista: “Vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale”, provocó.

En síntesis, Milei adelantó que pedirá el aval del Congreso a un nuevo acuerdo con al Fondo, que permitirá sanear las cuentas del Banco Central y #una mayor libertad cambiaria”. De todos modos se mostró escéptico con los legisladores y su voluntad de apoyo al proceso de cambio que él encabeza: “No vinieron” chincaneó.

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