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En plena zona núcleo, un tambo-fábrica ovino muestra el camino del agregado de valor

Fuente: Infocampo 01/02/2025 08:50:26 hs

Desde hace tres años, María Eugenia del Puerto lidera en Acevedo un tambo de ovejas que produce un promedio de 300 litros de leche al día, que utiliza para la elaboración de quesos y dulce de leche de calidad superior.

En una zona rural de la localidad de Acevedo, a unos 10 kilómetros de la ciudad de Pergamino, Buenos Aires, María Eugenia del Puerto, junto a su familia, reconocidos productores de leche tradicionales, se propuso hacer un clic en su sistema productivo: en menos de 10 hectáreas, incorporó 300 ovejas Pampinta que le permiten obtener 300 litros de leche diario de promedio.

Así nació hace tres años “Pecorina by Maru”, un emprendimiento que busca adaptarse a medida que pasa el tiempo, sumando experiencia y buenas prácticas de manejo.

La unidad productiva tiene la particularidad de ser un tambo-fábrica, debido a que a partir de la leche ovina elabora quesos duros, blandos tipo Camembert, dulce de leche y, con el apoyo de una empresa local, también helados.

“Hace 20 años comenzó mi historia con la actividad. Pasamos por momentos malos y buenos y siempre estuvo en mi mente la idea de elaborar productos a partir de la leche que producimos”, cuenta la entrevistada en diálogo con Infocampo.

Sin embargo, fue a raíz de la incorporación de la oveja que despertó en María Eugenia la posibilidad de agregar valor a una leche de alta calidad.

“Esta leche tiene 6 % de grasa y 5,6 % de proteína de tipo A2, lo que la hace más digestible para aquellos que no pueden consumir la leche común”, afirma.

Por esa razón, su emprendimiento fabrica productos gourmet que comercializa en restoranes, almacenes, mediante su página web y hasta hizo un convenio con una importante heladería que fabrica un exquisito helado de dulce de leche a partir de su proyecto.

“Comenzamos de manera incipiente y ahora nos estamos introduciendo con mayores fortalezas en el mercado. Nuestra idea es abrir un local comercial en Pergamino, desde donde podamos distribuir los productos que fabricamos y brindarle a la propuesta una impronta diferente”, contextualizó del Puerto.

CRECIENDO EN MARCHA

Si bien hace sólo tres años que comenzó con este sueño, su familia hace más de 20 años que se dedica a la producción de leche bovina.

Este dato no es menor a la hora de iniciarse en una nueva unidad productiva, pero gestionando el conocimiento, las estructuras y hasta el personal idóneo para afrontar el desafío.

Las ovejas están ubicadas en un área de exclusión, donde no se les permite el uso de fitosanitarios. Pero esta condición no es un impedimento para que la protagonista de esta historia siempre dé a sus animales pasturas consociadas, alfalfa y festuca, que su rebaño consume en forma directa o en rollos, a lo que se le suma el alimento de ordeñe en el tambo y de engorde en la recría.

“Para el ordeñe construimos una tarima similar a las que utilizan los tambos de cabras, que me fue de gran utilidad para la sala de ordeñe de las ovejas. La misma consta de 12 bajadas, brete a la par, con comederos individuales“, cuenta la agrónoma. Sus ovejas le dejan en promedio 1 litro de leche por ordeñe diario, obteniendo una materia prima de excelente calidad.

Por su parte, cuentan con una “guachera” que es atendida por el mismo personal que maneja el tambo bovino, donde se depositan los corderos que se destetan de manera precoz. “Cada uno de los aspectos del proyecto lo fuimos ajustando sobre la marcha. El próximo punto a trabajar es el tema genético: es una asignatura pendiente que está muy poco desarrollada en el país”, dice convencida.

MANEJO DE BIENESTAR

Maru, como la llaman sus amigos y colegas, es una apasionada del bienestar animal. Razón por la cual el cuidado de sus ovejas y corderos es un tema muy importante en su vida diaria. “Son animales rutinarios y muy inteligentes que nos sorprenden a diario, siempre dispuestos a convivir en majadas. Cuando una salta el corral, las otras la siguen, por lo tanto no es lo mismo manejar un rodeo de vacas que una majada de ovejas”, aclaró con contundencia la entrevistada.

En cuanto al manejo del rebaño, la agrónoma fue aplicando modificaciones a medida que el emprendimiento crecía. “En principio decidimos dejar los corderos un mes al pie de la madre y hacer media leche, pero finalmente optamos por el destete precoz”, insistió.


Además, contó que sus ovinos son de raza sintética Pampinta, desarrollada en INTA Anguil en la década de los 80. “Son animales que tienen la particularidad de dar 2 o 3 corderos a la vez y, por lo general, descuidan a alguno, ante lo cual decidimos sacárselos y derivarlos a las guacheras, donde se crían muy bien y, a la vez, logramos con esto un mejor y más rápido desarrollo de las hembras”, enfatizó.

Tal es su amor por estos animales que asegura que, en el instante de vender el descarte o los corderos, se torna un momento de sensaciones encontradas. “No es fácil separarnos. Las ovejas se humanizan mucho, a diferencia de las vacas. Son muy domesticables hasta llegar al punto en que nos encariñamos todos con ellas”, asegura.

Por suerte, dio con un productor que le compra los corderos para continuar recriándolos. “Comercializamos la producción de corderos en nuestra zona a un productor que los recría. Lamentablemente, la cadena ovina no está muy desarrollada en la Argentina. No hay frigoríficos locales para faenarlos, ni quien quiera comprarte la lana. Eso es un punto en contra que tienen los que se dedican a la producción de carne de cordero”, especificó.

PRODUCTOS GOURMET

La diferenciación de la leche ovina, según la emprendedora, “la convierte en una materia prima ideal para la elaboración de quesos duros y dulce de leche, enriqueciendo sus consistencias y sabores y, por ende, muy buscados por los chefs más exigentes”.

No obstante, dice que de tener un local propio, su meta es poder llegar a elaborar yogurt de excelente nivel proteico. “Esta leche es muy saludable ya que no tiene agregados. Es un producto al que se le agrega valor en el mismo instante que se obtiene de la oveja. Ese aspecto natural la convierte en un alimento único”, comenta.

La aceptación en cada uno de los destinos que tiene la leche producida en su tambo fábrica la llena de satisfacción, pero no conforme con ello, María Eugenia del Puerto va por más. “Actualmente realizamos ventas directas, pero estamos desarrollando nuestra página web y es muy probable que en febrero comencemos a realizar degustaciones y siempre está el sueño de abrir un local propio”, concluyó.

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