La rentabilidad porcina mejoró en el cierre de 2024, pero tuvo su peor año en casi una década
Un trabajo del Ieral analizó un año complejo para la actividad, con un primer semestre en rojo y una segunda mitad que mejoró a partir de una recuperación en el precio del capón. Pero en el conjunto del ejercicio, fueron los peores números desde 2016.
En 2024, la rentabilidad de las granjas porcinas de producción intensiva atravesaron un año con dos momentos bien diferenciados.
Por un lado, un escenario de fuertes pérdidas en el primer semestre y una notable recuperación en la segunda mitad del año.
Si bien la estacionalidad no es algo fuera de lo común en esa actividad, fue llamativa la intensidad de los cambios al momento de medir los márgenes rentables de los productores.
De acuerdo a un trabajo elaborado por Franco Artusso, del Ieral de la Fundación Mediterránea, una granja de productividad media pasó de un margen neto positivo de $ 592 por kilo producido en diciembre de 2023, a uno negativo de $248/kg en junio 2024.
Luego, hacia fines de año el balance fue de $466 positivo. “Las fuertes pérdidas del arranque del año hicieron que el margen promedio de todo el 2024 se posicione como el registro más bajo del período 2016-2023, unos $148 por kilo producido”, estimó Artusso.
Al momento de analizar las razones de esta volatilidad, el rojo del primer semestre del año se explica principalmente por la fuerte caída de los ingresos en términos reales. Entre diciembre 2024 y junio 2024, el capón perdió un 55% de su valor.
En el segundo semestre la situación se invirtió y los márgenes se recuperaron, impulsados por una fuerte recomposición del precio del capón. En el tramo final del año pasado, recuperó un 43%, con precios de granos que se mantuvieron relativamente estables.
Esto permitió abaratar el costo de alimentación, que en la estructura de costos de una granja concentra entre el 60% y 70% del total. “Debe advertirse que la recomposición del segundo semestre partía de valores muy bajos”, reconoció Artusso.
EL IMPACTO DE LA LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
Otro punto que consideró el informe es la localización geográfica de estas granjas. “En un mercado con excedentes en prácticamente todas las zonas productivas, los precios de las materias primas agrícolas se reducen a medida que la producción se va alejando de los puertos de exportación, en una magnitud aproximada a los costos de transporte”, sostuvo.
Al analizar este tema, el trabajo del Ieral partió dell supuesto que en zonas de fuerte producción agrícola –Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires– una mayor distancia entre la granja y los puertos rosarinos reduce el costo de acceso a las materias primas.
De este modo, remarcó que la localización pasa a ser entonces una ventaja -o desventaja- competitiva de todos los sistemas de producción intensiva, dadas sus implicancias en los márgenes económicos.
En el caso de las granjas porcinas, se estima que establecimientos de eficiencia media localizados a 450 kilómetros del puerto de promediaron un margen neto positivo de $148 por kilo en 2024. En tanto, aquellos establecimientos localizados a 150 kilómetros promediaron $110 por kilo y los emplazados en la cercanía de Rosario $73 por kilo.
“En 2024, las granjas más alejadas del puerto, con mayor descuento implícito en el flete de los granos, promediaron márgenes de $466-432 por kilo producido, mientras que en aquellas emplazadas en Rosario (sin descuento implícito por flete) el margen no llegó a los $400/kg”, concluyó el informe.
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